viernes, 14 de octubre de 2011

Después de las fiestas


Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,


qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,

eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.

Julio Cortázar.


Considerando que soy medio rayada y no siempre emano felicidad jaj, es uno de esos regalos que solo yo haría, y es un poema de Cortázar, bello como todo lo que hace. Me desperte en un viernes felíz con sonrisita, jiji!
Hermoso y Dulce Oink, el regreso del viajecito por lugares diferentes de cada uno puede traer buenos aconteceres :)
QUIEROTEUNMONTÓN!

Carolina.-

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